Las empresas de Triple Impacto son aquellas que, además de tener sus fines de lucro, buscan generar efectos positivos a nivel social y ambiental, especialmente en las comunidades con las que trabajan o en los lugares donde están ubicadas, regenerando el tejido social, en su cadena de producción.
Este equilibrio promueve la implementación de buenas prácticas laborales; de comunicación; formación y participación para empleados, familiares y personas de las zonas de influencia; al igual que la protección del ambiente, desde las actividades propias de la organización, como el reciclaje, la recuperación de ecosistemas y la obtención de materias primas desde fuentes renovables.
Para que la empresa o emprendimiento se considere como de triple impacto es fundamental que estas acciones sean sostenibles para todos los actores involucrados, aperturen espacios para el diálogo, se mantengan en el tiempo y, periódicamente, se den a conocer de forma pública, creando valor para la sociedad.