¿Qué cosechamos de nuestras acciones cada día?, ¿Qué necesitamos cuidar para cosechar vida, armonía y esperanza en una comunidad?
Por Claudia González, Directora y fundadora de ECCO.
En el marco del programa Peas, un intercambio de experiencias realizado por organizaciones de España, Italia, Chile y Colombia, en torno a la permacultura, el emprendimiento y la sostenibilidad, el pasado 22 de abril de 2022, fuimos invitados por nuestros amigos de Inside Hub y Fundación Bibliotec a conocer la Huerta Venecia, la primera de las huertas urbanas construidas en el Jarillón del Río Cauca como respuesta al estallido social que vivimos hace un año en Colombia.
Cali fue una de las ciudades donde más intensamente se vivió el Paro Nacional y eso movió todas nuestras entrañas. En la búsqueda de facilitar el encuentro y comprender colectivamente el momento, desde ECCO facilitamos el espacio de diálogo constructivo La posibilidad de transitar hacia lo colectivo, en el que 33 personas nos preguntamos “¿Cómo estamos dialogando?, ¿Podemos crear con otros?, ¿Estamos encontrando en el diálogo una posibilidad de transitar hacia lo colectivo?. Estas preguntas nos permitieron comprender colectivamente que, muchas veces, el miedo es el que nos paraliza frente a la posibilidad de un cambio. Hoy, un poco más de un año después de conversar en torno a la situación, nos encontramos con los inicios de un tejido de esperanza y armonía alrededor de la construcción y el funcionamiento de las huertas urbanas.
Huertas urbanas es un proyecto desarrollado por la Alcaldía de Cali, en conjunto con Rizoma Paisajismo y diversos actores, que tiene el objetivo de aportar a la regeneración de los suelos, a la seguridad alimentaria y, sobre todo, a crear tejido comunitario.
¿Qué se está sembrando y cosechando allí?
Sentir contacto con la tierra es terapéutico para algunos de los participantes. Para otros, trabajar en comunidad y saberse acompañado es un ingrediente esencial para sentir tranquilidad y hacer frente a los retos diarios de la vida. Además de tomates, lechugas, albahaca, orégano, frijoles, pepinos, entre otros muchos alimentos, cada día se llevan la alegría, la paz y la esperanza que generan trabajar en comunidad.
Así, con la poda, el cuidado, la cosecha, la siembra, el disfrute y el trabajo en colectivo, esperan a los miembros de esta comunidad, quienes dedican un tiempo de sus días para limpiar, arar, sembrar, regar y cosechar los frutos de su empeño.
Hoy, ellos tienen en sus manos las semillas para dar continuidad a un tejido ya iniciado. Las semillas son reales: unas están sembradas en la tierra, muchas otras en los corazones de las personas que hoy hacen parte de las huertas y otras están en el armario esperando su turno para llegar a la tierra. Para esto se necesitan manos y mentes dispuestas al encuentro, al trabajo con la tierra, al cuidado de la vida y de la comunidad que permite el cuidado y la creación colectiva.
Al finalizar la primera etapa del proyecto, algunas personas permanecieron, otras se fueron y algunas más llegaron para sembrar, cultivar y cosechar los frutos de la tierra. Se necesita que la comunidad se siga construyendo a través de la incorporación de nuevas personas que se sumen a sostener el cambio a través de las huertas urbanas. Personas dispuestas a seguir construyendo una comunidad que pueda sostenerse por sí misma y aporte a la transformación social de los sectores en los que se encuentran: El Jarillón del Río Cauca y el barrio Siloé.
Sintiendo la gran posibilidad de regenerar el tejido social de algunas localidades en Cali en torno a las huertas urbanas, desde ECCO nos preguntamos: ¿Cuáles son las condiciones internas y externas que requerimos los seres humanos para sostener colectivamente un propósito?, ¿Cuáles son las condiciones comunitarias que se requieren para hacerlo?, ¿Cómo podemos incorporar nuevas visiones en torno al cuidado del propósito colectivo?, ¿Qué herramientas debe construir la comunidad para hacerlo?. Estas preguntas hacen parte de nuestra labor diaria en torno a la construcción de soluciones económicas sostenibles, y nuestra manera de resolverlas es facilitando procesos en que las respuestas emerjan de las mismas comunidades.
Finalmente, nos preguntamos ¿Cómo podemos aportar a expandir el efecto de la Huerta Venecia? Se nos ocurrió empezar por contar hoy su historia desde lo que percibió nuestro corazón y que, quizás, co-crear un foto relato desde las voces y experiencias de todos los actores involucrados en este proceso, podría aportar a transformar las narrativas existentes en torno al estallido social, para ver sus frutos en forma de tomates cherry mini o lechuga escarola orgánica.
Conoce el foto-relato https://drive.google.com/file/d/18Up4RK-s_zloFgm1MJwGztR5gWiLxCbi/view?usp=share_link
